sábado, 5 de diciembre de 2009

Wellington

Día 37
Wellington


Kirsten y Nick nos habían organizado el día. Como era Sábado y a ellos les gusta mucho andar, pues nos llevaron a todas partes. Empezamos por una caminata una de las montañitas de la ciudad, Tinakori.




Después de 1 hora y media, llegamos a una de las calles principales, donde tuvimos que parar, obligatoriamente, a tomar una birreta. ¡Un calor de pelotas!

Desde allí fuimos a los Jardines Botánicos. Impresionante la entrada con un jardín de rosas, de todos los colores imaginables y bastante grandotas.




Bajamos de aquí pasando el cementerio, que tuvieron que mover para hacer la autopista, para llegar al Parlamento. Aquí, como son tan tranquilotes, el Parlamento es de acceso libre, y la gente se tumba en los jardines, juega al rugby y tal.



Teníamos un día con el sol muy fuerte y sin una sola nube, por lo que teníamos que hidratarnos. Otra birreta en la Pub ‘The BackBencher’, que viene a ser el político que no hace nada y se lleva un pastón. En España, todos, ¿no? Tienen figuras muy divertidas dentro, ironizando sobre los políticos famosos.


Esto nos dio fuerza para seguir caminando y subir a lo alto de una colina con el tranvía y disfrutar de una buena vista de la capital, de 400 mil habitantes.




Al bajar del tranvía, paseamos por el puerto y después fuimos a comer algo. Comida tradicional: hamburguesa :DD



Para tomar el café, escogieron la calle más pintoresca de Wellington, Cuba Street. Es comer meterse en el Raval y ver a todos los ‘modernos’, pero con una moda años 70 que te arranca las sonrisas en cada esquina.



Paramos en un café de verano, que es básicamente una caravana en un solar con unas mesas alrededor. Curioso, y aprovechando el día, porque aquí tiende a llover bastante.


De Cuba Street, volvimos a bajar para pasear por la calle principal: Courtenay Place, que termina en el famoso cine (cutre, por cierto) Embassy, en el que se estrenaron las 3 películas de ‘El Señor de los Anillos’.




Seguimos la avenida hasta la playa, donde nos sentamos un rato a descansar. Como ya quedaba poco para que empezase el concierto que habíamos propuesto ir a ver, nos tocaba tomar algunas cervecillas. El concierto era de una banda local, de músicos y compositores neozelandeses que graban juntos alguna vez y hacen algunos conciertos, todos en Nueva Zelanda; pero cada uno tiene su grupo. La banda se llama ‘Fly my pretties’ y no suena mal, un poquito light para mí, pero muy interesante.

Para tomar esas birretas, Cuba Street era lo mejor. Una jarras a un precio razonable y con cada espécimen paseando por allí, divertido ver la moda hortera de Wellington, la verdad. Pero hortera, hortera…

Después compramos una cervecita para el camino, y nos dirigimos al Auditorio Michael Fowler, donde era el concierto. Lástima que habíamos comprado las entradas ya, porque allí se podía colar tranquilamente, pues ni Dios comprobaba nada.

Estuvo bien el concierto, aunque la primera parte un tanto aburrida porque todo el mundo estaba sentado. Después del descanso, la peña se animó, y se acercaron hacia delante, nosotros también. Esta reacción se debe a la forma de beber: se beben la vida en 1 hora y luego llevan unos ciegos que da miedo verlo. Claro, ¡vergüenza ninguna!


Salimos, taxi y para casa a sobar. Nos habían preparado bien para hacer la caminata por Tongariro, dos días después.

Control de Gastos:
- Tranvía: 10 NZ$ (5 €)
- Comida: 42,4 NZ$ (21,2 €)
- Café: 13,7 NZ$ (6,85 €)
- Birras: 30 NZ$ (15 €)
- Taxi: 20 NZ$ (10 €)

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