lunes, 15 de febrero de 2010

Frío en Hanoi

Día 109
Hanoi

El clima empezaba a cambiar y en una de las paradas que hizo el bus para dejar a peña en Ninh Binh pudimos notar que el norte de Vietnam no iba a ser tan tropical como el sur. Llegamos a Hanoi sobre las 5 de la mañana, con un frío de cojones. Todo el mundo salía del bus directos a por las maletas y sacar ropa de abrigo. Pasar de 32 grados a 10 es bastante complicado, sin duda.

A diferencia de las anteriores paradas, que eran ciudades relativamente pequeñas, el bus siempre nos dejaba a una distancia muy prudente de la zona de hoteles. Pero en Hanoi, no teníamos ni idea de dónde nos habían dejado. Un personaje se encargaba de meter a la gente en taxis, con un precio desorbitado, hacia “sus” hoteles. También son conocidos los trucos de los taxistas mafiosos de Hanoi, así que un poco de prevención a veces viene bien. Pero un poquito, no como mi pobre Elena, que le entra el pánico paranoico :DD

Nosotros paramos un taxi por nuestra cuenta y le negociamos para llevarnos a la zona del lago. En vez de 200, nos pidió 100, que ya era un ahorro. Aún así, pusimos el contador, y fueron 40. ¡Qué cabrones, putos estafadores! Las inglesas se fueron a un hotel; Mauro, Eliseo y Anabel, a otro.

Al llegar a la zona de hoteles, estaba todo cerrado, eran como las 6 de la mañana, y teníamos que hacer tiempo hasta las 8 o así para buscar hotel, con la esperanza que no nos cobrasen dos noches sino una. Pero en Vietnam, los locales cerrados son muy escasos, así que mantener el calor fue una tarea difícil. Conseguimos instalarnos en un puesto ambulante donde los locales iban a desayunar, y nos comimos una buena sopita caliente.


Andamos por todos los hoteles que tenían abiertos preguntando precio, y la mayoría nos decían que lo sabrían a las 11 ó 12. No podíamos esperar, mucho frío y cansancio. Uno de los hoteles, con una chinita en recepción muy divertida nos hizo un buen precio para la triple, por lo que no lo dudamos. Nos invitaron a un té en la sala de desayunos, porque veníamos tiesos. Ahí, la cocinera camarera era un puntazo, no paraba de cantar y reírse, aunque no hablaba ni gota de ningún idioma. Mandé a los dormilones a sobar y yo me fui a dar una vuelta, hacer unas compras y actualizar algún día en el blog.

Cuando se despertaron salimos a dar un paseo. Hanoi no es una ciudad muy bonita, aunque es interesante. De todos modos, el objetivo del día era conseguir un viaje a Halong Bay. Hay diversas opciones, con 2 días y 1 noche, o 3 días y dos noches. Las noches pueden ser a bordo, o en un hotel en una isla. Los barcos tienen precios Normal, VIP, y Super-VIP. Básicamente, se diferencian en la cantidad de comida que te dan en cada ración, porque todas las comidas están incluidas. Así, regateamos hasta conseguir un precio que se nos adecuase, en modalidad VIP, 2 días y 1 noche.

Como estaba casi todo cerrado por el Año Nuevo, nos montamos una rutilla caminando de esas de Lonely Planet pero a la inversa. Empezamos por la mitad, que estaba cerca de nuestro hotel y bajamos hacia el principio, que terminaba en el lago.

A mitad de camino vimos un Bia Hoi y no dudamos en hacer una parada de avituallamiento, jaja.



Supongo que es obvio que la cerveza aquí ya cambiaba el nombre de Saigon a Hanoi, ¿no?

Seguimos con la ruta y seguíamos preguntando por billetes para ir a Sapa, en la montaña, después de regresar de Halong Bay. No había trenes hasta dentro de una semana, así que nos tocaba el bus, sabiendo que había muchísimas curvas. El tipo con el que negociamos nos hizo descuento para la habitación al regresar de Halong Bay, somos unos tiradillos, ya sabéis (que no perroflautas, capullos!!!!).

Acabamos la ruta en el lago, primero en el templo que está en medio del lago, aunque las luces parecen renombrarlo a ‘casa de putas’, es un templo :P


El lago estaba aún muy iluminado y seguía de celebraciones, con conciertos y actividades lúdicas.



Nos fuimos a cenar y coincidimos con las inglesas. Luciano se quedó a cenar ahí, pero Elena tenía mucho frío y decidimos buscar un sitio cerrado. Caminando y girando por calles desconocidas llegamos a un ‘Gecko Café' en el que cenamos muy bien y calentitos. Reconozco que costó encontrar un sitio cerrado con precios razonables, porque los que estaban cerrados valían como en Barna.

Rápidamente para el hotel, que teníamos recogida para ir a Halong City a las 7:30.

Control de Gastos:
- Desayuno: 102000 VND (4,00 €)
- Taxi: 65000 VND (2,55 €)
- Compras: 152000 VND (5,96 €)
- Comida: 124000 VND (4,86 €)
- Bebidas: 48000 VND (1,88 €)
- Cena: 210000 VND (8,23 €)
- Hotel: 190000 VND (7,45 €)

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