jueves, 17 de junio de 2010

Shanghai World Expo 2010 o cómo visitar 25 pabellones en 1 día

Día 205
Shanghai

Llegó el día de visitar la Expo Shanghai 2010. Tiene cerca de 200 pabellones que representan a todos los países del mundo; algunas ciudades de forma independiente, empresas e incluso algunos continentes o sub-continentes que se unen por temas de presupuesto. Ya habíamos escuchado que las colas para acceder a la mayoría de pabellones son de 1 á 5 horas, así que íbamos preparados a ver lo máximo posible, empezando por los más populares. Es que en China, hay muchos chinos :D

Compramos la entrada a la Expo en un Supermercado, por unos 16€. Después cogimos el metro desde casa de Maggie y llegamos a la entrada. En el medio de Shanghai, han creado un espacio gigantesco para este evento. ¿Será como el Forum? ¿Una excusa para derrumbar los edificios pequeños que había anteriormente?

El pabellón de China es enorme, y tiene que ser la bomba, pero hay que llegar a las 5 de la mañana, para hacer cola, y cuando abren, salir corriendo para ponerse en la lista de acceso. Nosotros, pasamos...

El primer pabellón que visitamos fue el de Sri Lanka, que era muy rápido. Después, fuimos al de Pakistán. Aquí Elena tuvo que hacer un poco de cola, unos 45 minutos, mientras yo fui a comprar el dichoso pasaporte en el que ponen los sellos de cada pabellón, y que es la única obsesión de los chinos para visitar la Expo. Les importa una mierda la exposición, los países y todo… Solamente quieren el puto sello, como posesos. Esa cola fue la última que estábamos dispuestos a hacer :P

Pasamos por el pabellón de Marruecos, y yo me acerqué al tipo que controla la puerta, y, al verme la cara, me dijo ‘Salam aleikum’ (mi cara siempre me delata hacia el sur, no sé). Le contesté formalmente y le dije que veníamos de Barna y que no queríamos hacer cola. ¡Así de fácil! Abrió la cuerda y nos dejó pasar. ¡Genial!

Pues así, en los siguiente 22 pabellones (o más) que visitamos. Simplemente, íbamos a la entrada VIP, decíamos que trabajábamos en el pabellón de España y que teníamos un día libre, y, para dentro. En algunos más pequeños, tipo Iraq o Myanmar, lo más rápido es irse a la salida y entrar por ahí :D El único que no pudimos romper fue el de Japón. ¡Ay, los japos, tan eficiente ellos! Les hacía cortocircuito nuestra petición, porque la zona VIP requiere reserva telefónica para Japón, jaja. En total, visitamos: Sri Lanka, Paquistán, Marruecos, EAU, Arabia Saudí, Corea del Sur, Myanmar, Iraq, Vietnam, Laos, India, Nepal, Nueva Zelanda, Australia, Filipinas, Turquía, España, Rumanía, Letonia, Rusia, Chile, México, Suráfrica, Kenia, Namibia y algunos más.



El Pabellón de España se dividía en 3 partes, con tres cortos de tres directores diferentes. El primero, el de Bigas Luna, es muy original, de lo mejor de toda la Expo. Es como un tubo – cueva de Altamira – que va pasando imágenes de fiestas y temas conocidos de España por ambos lados a la vez, mientras la gente está en el medio; además, sale una chica, de carne y hueso (algo muy raro en la Expo, donde todo es digital), a bailar un poco de flamenco. Los dos siguientes son un poco truños, acabando con un niño rubio de ojos azules de 6 metros de altura que da un poco de miedo y parece noruego.

La nota negativa para el pabellón de Rumanía. ¡Ay, Dios! Cuando se lo cuente a nuestros amigos allí, voy a pasar un buen rato. En primer lugar, el pabellón en sí es muy original, formando una manzana que se divide en dos como con un mordisco. En la parte grande de la manzana está la Expo y el escenario; y en la parte que sobresale, la del bocado, se ubica el público. Si lo que querían era hacer publicidad de país, así lo tienen mal. El caso es que salen una panda de gitanos, mal vestidos, tocando música muy cutre, al más puro estilo Emir Kusturica. La música no tiene mucha calidad y son acordes repetitivos que van estirando tanto rato como quieren, hasta que deciden parar. Los pobres chinos miran alrededor y cuando terminan la primera canción corren despavoridos, jaja. Y empiezan otra canción, tanto rato como quieran ellos, sin ningún tipo de show. Yo creo que les faltan unas tías buenas bailando ligeras de ropa, porque esto sino no hay quien lo arregle, jeje.

También pasamos un buen rato en el de Letonia, donde el responsable, Armand, era también de CSing, me dejó hacer un vuelo gratis en un Túnel de Viento, a puerta cerrada. ¡Brutal! Lo malo es que llevaba chanclas, y las zapatillas que me dejaron eran un 41-42, así que mi pie estaba embutido, pensaba que iba a hacer como Hulk :D

Mención especial para Arabia Saudí (se han dejado mucha pasta, y es la cola más larga de toda la Expo), México (con toda la decoración original, incluso un cuadro de Frida, que los chinos pasan de largo), Rusia, Australia, Chile (donde compramos una botellita de vino) y la Unión Africana. La gente estaba muy cercana y podías hablar con ellos, te explicaban de qué iba el tema y tal. La verdad es que los que curran ahí están hasta los webs, porque los chinos llegan, piden el sello en el pasaporte y no se preocupan por nada, ni casi ven la exposición.

Así que si te pones a hablar con la peña, te regalan cosas, te explican, entras rápido, etc. ¡Qué cada cual escoja su opción!

Fue un día muy largo, caminando durante 12 horas sin parar y sin comer. Estábamos muertos, la verdad, pero habíamos conseguido el objetivo y no teníamos que volver a la Expo, aunque había muchos pabellones interesantes que se quedaron en el tintero. Lo mejor es que Maggie nos cocinó una cenita muy local, que estaba preparada a llegar a casa. Un ángel nuestra Maggie., ¡qué bien nos cuidaba! Cenamos de puta madre, y nos tomamos el vino tranquilamente; buen vino, por cierto, en relación calidad-precio, comprado en China.


Control de Gastos:
- Desayuno: 32 RMB (3,44 €)
- Expo: 320 RMB (34,41 €)
- Metro: 8 RMB (0,86 €)
- Comida: 35 RMB (3,76 €)
- Pasaporte: 30 RMB (3,23 €)
- Taxi: 50 RMB (5,38 €)
- Vino: 88 RMB (9,46 €)
- Bebidas: 50 RMB (5,38 €)

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